Hibernación de las dalias

A principios de noviembre las dalias terminan su floración, y antes de que lleguen las primeras heladas es un buen momento para dejarlas descansar, arrancarlas de la tierra y guardarlas para que éstas se conserven a la perfección para la siguiente temporada primaveral. De eso precisamente hablaremos en el siguiente artículo, de la hibernación de las dalias. Veamos como hacer esta labor correctamente.

Lo primero de todo es saber cuándo debemos comenzar la hibernación de las dalias. La fecha aproximada dependerá de la zona en la que te encuentres, pero debes evitar que las dalias sufran heladas, así que antes de que lleguen debes retirarlas.

Las dalias de todas maneras nos dan señales de cuando quieren comenzar su hibernación, y lo hacen ennegreciendo sus propias flores. Cuando veas que éstas comienzan a ennegrecerse es un buen momento, porque eso es señal de que las raíces empiezan su hibernación. Ése es un buen momento para arrancarlas.

Hablamos de “arrancar”, pero por supuesto es una operación que tienes que hacer con sumo cuidado. Para ello necesitarás un rastrillo. Pica con él a 15-20 cm. de las raíces, con mucho cuidado de no dañarlas. Cuando hayas picado en todo el perímetro, levanta el terrón con mucha suavidad con cuidado de no romper los tallos.

Elimina la máxima cantidad de tierra agitando con suavidad y a continuación corta los tallos a 10 cm de altura.

Una vez llegados a este punto llega el momento de guardar los bulbos. Puedes hacerlo en una caja de plástico o en cualquier otro tipo de caja que hayas forrado previamente con papel de periódico. No olvides etiquetar cada bulbo indicando el color, la altura o la forma de la flor, lo que te será de gran utilidad para replantarlas en la siguiente temporada.

Las cajas debemos guardarlas en un lugar seco al abrigo total de las heladas y del frío. Para evitar que los bulbos no cojan ningún tipo de enfermedad durante su hibernación, lo ideal es que espolvorees en ellos antes de guardarlos fungicida a base de Tiram.